Verdad y mentira en la política - Hannah Arendt

Ficha técnica 

Autora: Hannah ARENDT

Título original: Wahrheit und Lüge in der Politik

Editorial: Página Indómita

Año de publicación: 2017 

Páginas: 142 pp.

Hannah Arendt (1906 - 1975). Es una de las figuras más relevantes de la teoría política del siglo XX, que alcanzó notoriedad por su análisis de la curtió judía y del totalitarismo. Nació en una familia judía, estudió filósofos, Teología y Filología Griega. Con el ascenso del nazismo consiguió exiliarse en EE.UU donde ejercitó la docencia.

Opinión personal: 

Verdad y mentira en la política configuran dos de sus ensayos más famosos. El libro está dividido en dos ensayos: “Verdad y política” y “La mentira en la política”. En el primero de ellos, la autora hace referencia a que la relación entre la política y la verdad nunca se han llevado demasiado bien. Presenta la mentira como la herramienta que es justificada y necesaria para el uso de los políticos, demagogos y hombres de Estado. Para Arendt, el conflicto entre verdad y política nació tras dos modos de vidas diferentes: la vida del filósofo que es quién busca la verdad de las cosas en la naturaleza de las mismas y la vida del ciudadano, que presenta continuamente opiniones cambiantes, nada fijo, que se van modificando con el transcurso de los hechos y los acontecimientos. “Consecuentemente, la verdad era lo opuesto de la mera opinión, equiparada a la ilusión, y este rebajamiento de la opinión fue lo que confirió intensidad política al conflicto, porque la opinión y la no verdad, está entre los prerresquisitos esenciales de todo poder” (p. 26).

En la obra se percibe la presencia de ideas de James Madison, fue político estadounidense, que afirmaba: “Todos los gobiernos descansan en la opinión” (p. 26). Sin duda, cualquier verdad que se comunica como absoluta desde los poderes políticos deben contar con el apoyo social y la aprobación de los ciudadanos para poder subsistir. Sino, está condenado al fracaso. Sin embargo, la autora se apoya en Lessing para referirse a la verdad, hace referencia en el libro a que “el hombre no está capacitado para conocer la verdad , todas sus verdades son meras opiniones” (p. 27) Es en este punto, donde de manera breve puedo explicar que existe una verdad, pero el problema es que los propios ciudadanos lo convierten en una opinión. Opiniones que para ser verdad tienen que ser aceptadas. Ese es el campo en el que nos movemos en la actualidad, existe una confrontación entre la verdad objetiva de los hechos y la opinión de los ciudadanos. Aunque, también se da el caso de que los políticos muchas veces omiten las verdades de hecho, como lo que son, para no tener que contradecir su proyecto. Cuando lo leía, no pude evitar acordarme de la tremenda crisis que Zapatero negó durante casi dos años desde 2008 hasta 2010, cuando se dio cuenta de que no podía seguir mirando hacia otro lado. En definitiva, conocemos la verdad en la medida que es interesada por sus promulgadores. A continuación, Hannah Arendt hacía referencia a una máxima: “Nuestra habilidad para mentir —pero no necesariamente nuestra habilidad para decir la verdad— es uno de los pocos datos evidentes y demostrables que confirman la libertad humana” (p.57). No existe una línea divisoria entre hecho y opinión.

El segundo ensayo, está centrado en la mentira dentro de la política. En concreto a partir de los Documentos del Pentágono que acabaron con la reputación del país más poderoso de la tierra. “Las mentiras resultan a menudo mucho más verosímiles, más atractivas para la razón, que la realidad, porque quien miente tiene la gran ventaja de conocer de antemano lo que la audiencia espera o desea oír” (p. 90). Hannah distingue la mentira que se lleva a cabo en las relaciones públicas centrada en una sociedad de consumo y que configura uno de los errores del fracaso de la mentira para poder mantener la reputación de lo que era el país más importante del mundo. El segundo tipo de mentira es el que atañe a los hombres de categoría, profesionales de resolución de problemas.

Llevaron a cabo una política de la mentira. Cada información debía dirigirse a una audiencia diferente y requería por lo tanto un guión distinto. “El objetivo era la imagen de prístino, de presentarse como la mayor potencia del mundo tal y como se advierte en las expresiones de los profesionales de la resolución de los problemas con sus guiones y la audiencias tomados del mundo del espectáculo” (p. 104). Pero cuando se dieron cuenta de que iban a perder la guerra el

objetivo pasó a ser: evitar admitir la derrota y salvarse ellos mismos como pudieran. Llevaron a cabo una política que apostó por la creación de imagen y la conquista de la opinión publica mediante el encubrimiento, la falsedad y la mentira. “No solo se niega a las personas y a sus representantes electos el acceso a lo que deben saber para formarse una opinión y tomar decisiones, sino que los mismos protagonistas poseedores de una completa autorización para conocer todos los hechos relevantes, permanecen en la mas feliz ignorancia de tales hechos” (p. 121). Se establece una interconexión entre el engaño y el autoengaño. Es muy probable que el embustero termine por creerse sus propias mentiras.

La lectura del libro ha sido muy enriquecedora, sobre todo, con los aspectos que trata en el primer ensayo que incluye observaciones y punto filosóficos de Immanuel Kant, Platón o Lessing que comparten o presentan un punto de vista diferente del tema que trata en ese momento. También incluye las opiniones o valoraciones de políticos estadounidenses como James Madison, Charles de Gaulle y hace referencias históricas a la Primera Guerra Mundial. El segundo ensayo, al tratar de un tema con el que ya estaba más familiarizada y había leído y oído hablar de él más a menudo, me ha servido para afianzar y ampliar conocimientos que no tenía.

Como conclusión, recomiendo la lectura de este libro, sobre todo, para aquellos que están interesados no solo en la comunicación política sino en la política en general. Porque va a aportar e incluir los porqués o algunas de las razones que pueden ayudar a entender la política actual pese al cambio de siglo y de pensamiento que en principio había en otra época con la Primera Guerra Mundial. Una de las últimas afirmaciones con las que me quedo del libro es que "para poder observar la política desde la perspectiva de la verdad es importante situarse fuera del campo político” (p. 72).